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Pensei assinalar no blog o Dia Internacional da Mulher com um conjunto de poemas em que poetisas de diferentes partes do mundo lêem o homem. A extensão das escolhas que fiz obriga-me a repartir os poemas por vários artigos que irão surgindo nos próximos dias numa dilatada comemoração, que bem vistas as coisas acontece quase em cada artigo já publicado no blog.
Voemos para início de viagem até à Nicarágua e aprendamos com Gioconda Belli (1948) as Reglas del juego para los hombres que quierem amar a mujeres mujeres.
Uma das lições que mais gostei foi saber do desejo de con caricias tocará mi vientre como guitarra / para que brote música y alegria / desde el fondo de mi cuerpo.
Ao longo do poema, de par com a explicitação de como uma mulher pretende que El hombre que me ame a veja, a sinta e a trate, surge uma ideia do masculino que não sei até que ponto é ainda actual:
El amor de mi hombre / no le huirá a las cocinas, / ni a los pañales del hijo, ou ainda ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento / en una plaza llena de multitudes.
Transcrevo o original em castelhano, lingua que penso acessível aos leitores do blog, com o desejo de que esta lição dê frutos.
Reglas del juego para los hombres que quierem amar a mujeres mujeres.
I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.
II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.
III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.
IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegria
desde el fondo de mi cuerpo.
V
El hombre que me ame
podrá encontrar em mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construiendo cada día
com la mirada puesta en el futuro.
VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necessario.
VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.
IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar – te quiero –
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.
X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.
XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolutión
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.
Publicado em El ojo de la mujer, 1991.
Deixo-vos com o retrato de mais um fauno pintado por Picasso, que, provavelmente, não aprenderá nada com a lição.